La energía solar térmica, también llamada termosolar o termoeléctrica, aprovecha el calor del sol para poder producir electricidad 100% limpia a gran escala. Es una fuente de energía totalmente sostenible, económica y, lo más importante, ilimitada. Existen distintas formas de absorber, almacenar y disponer esta energía, siendo dos de las más importantes las tecnologías de torre central y cilindros parabólicos.

España es uno de los países europeos no desérticos con mayor cantidad de horas de sol al año (entre 2.500 y 3.000 horas). Meses como junio, julio y agosto los más soleados (unas 15 horas de sol al día). Estas ventajas medioambientales suponen una enorme rentabilidad en cuanto a la inversión de plantas termosolares en el país.  

Además, según el informe del sistema eléctrico de España realizado por la Red Eléctrica de España (REE) durante el 2020 la energía termosolar generó unos 4.538 MW. Esto representó el 85% de la capacidad máxima que se obtuvo en el 2017 con 5.347 GW/h.

Por su parte, en enero de año 2021, se instalaron unas 50 plantas termosolares, produciendo solo entre ellas unos 2.300 MW. Esta capacidad de producción representa un 0,46% del total de la generación eléctrica a nivel nacional.

 

¿Cómo se obtiene la energía termosolar?

 

La energía fotovoltaica también usa la energía del sol y la transforma en electricidad a través de un dispositivo electrónico semiconductor llamado celda fotovoltaica. En cambio, la energía solar térmica se transporta a través de un portador de calor que, en este caso, suele ser un aceite térmico.

La energía termosolar se produce siguiendo este circuito:

  • Primero, las placas de espejo inician el proceso de recolección de la luz solar concentrandola mediante reflexión en un colector.
  • Luego, dichos colectores trasladan todo el calor acumulado a un intercambiador de calor que suele ser una turbina alojada en un sistema de tuberías, bombas o válvulas. El vapor generado tras el enfriamiento de las tuberías al contacto con agua, hace que la turbina se mueva. Estos 2 primeros pasos forman el “circuito primario”.
  • Una vez que la energía ha movido a la turbina, esta se desplaza a un generador auxiliar, que es el que produce la energía eléctrica y que, además, puede estar conectado a un acumulador de dicha energía. Este último paso forma el “circuito secundario”.

Los colectores pueden ser de distintos tipos. Todo dependerá de la temperatura que recolecten o la funcionalidad y/o forma que posean.

Esta forma de generar energía a gran escala es similar al de las centrales térmicas que emplean carbón o las plantas nucleares que utilizan átomos de uranio como fuentes de electricidad, pero, en el caso de la termosolar, esta se obtiene de una forma más eficiente y limpia que las antes nombradas pues ni consumen combustible ni generan ningún tipo de residuos.

 

Beneficios de la tecnología termosolar

 

Las plantas de energía térmica tienen la capacidad de producir electricidad sin emisiones contaminantes, gracias al recurso inagotable de los rayos del sol. Los principales beneficios de este tipo de tecnología frente a las convencionales son:

  1. Al ser el sol la fuente principal de las plantas termosolares, no existe el complejo proceso de extracción de recursos ni transporte de los mismo, realizándose su acondicionamiento en la misma planta. Esto sin duda, genera una elevada reducción económica en los costes de producción.
  2. Generar energía eléctrica a gran escala a través de las plantas termosolares eliminaría la gran dependencia del exterior, reduciendo todas las importaciones de combustibles fósiles de otros países.
  3. Otro aspecto vital a recalcar es que la creación e implantación de esta tecnología, normalmente, se hace en sitios en el que el coste del terreno es muy bajo. Además, tradicionalmente se construyen en zonas de bajos recursos económicos, lo cual favorece la activación económica local y la generación de empleos.
  4. La sociedad percibe lo amigable que son las energías renovables con el medio ambiente, por lo que este tipo de alternativas tienen una elevada aceptación social.
  5. El uso del esquema termosolar permite descentralizar la generación de energía eléctrica, con lo cual se evitarían perdidas en el transporte de energía ya que se podría conseguir aproximar temporal y espacialmente la producción al consumo.
  6. Por último, un esquema totalmente descentralizado de la producción eléctrica impulsaría a que las plantas se acercaran más a los usuarios finales, concientizándolos en la importancia del ahorro energético y evitando así reducir el actual despilfarro de energía.

 

Perspectivas de la energía Termosolar en España

 

Las compañías españolas se encuentran presentes en más de las tres cuartas partes de los proyectos mundiales, con 49 plantas termosolares operativas que generan en total unos 2,3 GW de potencia. España se encuentra como líder mundial en cuanto a capacidades tecnológicas en energía termosolar, transformándose así en un éxito de exportación de tecnología. 

Además, existen posibilidades de ampliar las plantas existentes para distribuir más energía renovable nocturna y así superar el 35% actual de generación de renovable tras la puesta de sol.

El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 (PNIEC) presenta una hoja de ruta para la descarbonización total del país, apoyándose en el despliegue de la eficiencia energética y las energías renovables. Para la termosolar, se contempla añadir unos 5.000 MW hasta 2030, lo que permitiría contar con unos 7.303 MW de esta tecnología al final de los próximos 10 años, el triple de la capacidad actual.

Y a pesar de que hoy en día la potencia instalada se encuentra aún estancada desde el año 2013 y el PNIEC sigue pendiente de aprobación, el panorama es más que favorable para la termosolar, ya que, por ejemplo:

  • Según la Agencia Internacional de las Energías Renovables (IRENA), los costes de generación han disminuido en un 47% entre 2010 y 2018.
  • El total del impacto ocasionado por la operación de las centrales termosolares entre el 2019 y 2020 ascendió a 1.574 Millones de euros en PIB. Esto sería 288 millones de euros más que los incentivos percibidos.
  • Las plantas termosolares en ese mismo periodo contribuyeron a generar más de seis mil empleos y a recaudar más de 260 millones de euros para los fondos públicos, según menciona Price Waterhouse Cooper en su informe “Industria termosolar como motor económico en España”.

Tomando en cuenta los datos del mencionado informe de PWC, es muy fácil imaginar que agregar 5.000 nuevos megavatios de energía termosolar a lo largo de la presente década, sin duda, multiplicara los beneficios. En concreto, esa nueva potencia impactaría sobre el PIB colocándolo en 45.587 millones de euros y generaría más de 360 mil empleos.

Por otro lado, la construcción y gestión de las nuevas plantas le permitiría a la hacienda pública recaudar entre 2021 y 2030 más de 3.333 millones de euros. Sin duda se trata de una alternativa energética muy favorable.

 

 

Alejandro Betancourt