La empresa venezolana, dirigida por Alejandro Betancourt, ha demostrado su potencial de situar a Venezuela al frente del sector eléctrico en América Latina. A pesar de recibir muchas críticas, ha demostrado ser capaz de cumplir los objetivos gracias a una plantilla que cuenta con técnicos experimentados y cualificados.

En los últimos años ha incrementado el potencial eléctrico del país en 1.216 megavatios, con la construcción de once plantas termoeléctricas. En los próximos meses, se prevé que inaugure su último proyecto en el país: el Centro Tecnológico de Turbinas, en el que ha invertido 40 millones de dólares, el mayor centro de sus capacidades en la región y uno de los diez mayores del mundo.